EL ABORTO EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
[Acaba de ser publicado el libro Mujer y realidad del aborto. Un enfoque multidisciplinar, que recoge las actas del I Congreso Internacional Multidisciplinar "Mujer y realidad del aborto", celebrado en Cáceres en marzo de 2007. El evento fue organizado por el Foro Español de la Familia y la Asociación Extremeña de Amigos del citado Foro, con ayuda de la Universidad de Extremadura. El tema de esta ponencia resulta complejo, por serlo el mundo de los medios de comunicación. Nos encontramos ante un fenómeno de gran amplitud y heterogeneidad: prensa -diarios y revistas-, radio, televisión, Internet, teléfono; medios locales, regionales, nacionales e internacionales; empresas unipersonales y grupos multinacionales que dan empleo a miles de personas; encontramos igualmente una casi ilimitada variedad de principios editoriales, culturas y talantes, tanto entre los medios como entre las personas que los hacen o gestionan. Por tanto, resulta inexacto y hasta distorsionador hablar de los medios en bloque, sin matizar, como si se tratara de un único actor social.
Volver a tratar ahora del aborto es muy oportuno porque estamos en plena ofensiva socialista. Como es bien sabido, el gobierno tiene urgencia y se ha comprometido a preparar antes de fin de año el borrador del proyecto de la nueva ley que tiene una idea central: “Habrá aborto libre, sin necesidad de basarse en supuesto o condición alguna, hasta un número determinado de semanas de embarazo que puede estar entre 12 y 16.” (El País, 11-VII-2008).
José Antonio Alonso, el portavoz socialista, comentaba a los medios en relación al reciente Congreso del PSOE: “Se palpa una orientación progresista”. Está como fondo ese proyecto de ley del aborto.
Palpar o, para los ingleses, to touch, to feel, es un verbo completamente regular: yo palpo, tú palpas, él palpa... Ante tan cálido verbo, Juan Manuel de Prada no se puede aguantar: “…si palpas mucho, sales con las manos tintas de sangre. Los socialistas apuestan por una «reforma vanguardista» de la ley del aborto que «garantice la seguridad jurídica de las mujeres que deciden abortar» y su «derecho a decidir». Desde luego, Hannibal Lecter no hubiese formulado una apología más refinadamente eufemística del canibalismo que la que los socialistas nos ofrecen sobre el aborto. A abortar a mansalva, sin más impedimento que la fijación de un plazo arbitrario de gestación, lo llaman «reforma vanguardista»; a la impunidad del delincuente la bautizan «garantizar la seguridad jurídica»; a un delito tipificado lo denominan, en el colmo de la socarronería, «derecho a decidir». Hay que tener, desde luego, una jeta como la de Leatherface, el virtuoso de la sierra eléctrica en La matanza de Texas, para adulterar el lenguaje de un modo tan burdo y feroz.” (ABC, 7-VII-2008)
¿A eso se llama progresismo? José Luis Requero, Vocal del Consejo General del Poder Judicial, dice: “Habría que preguntarse si la quintaesencia del progresismo es que una madre mate al hijo que espera y, a partir de esto, ¿qué será más progresista? ¿Hacerlo por decapitación, por desmembración o por inyección salina?” (La Razón, 28-I-2008)
Más claro no se puede decir y de eso se trata. No es cuestión de derechas o de izquierdas, sino de respetar la vida del hijo que se espera, o de matarlo de un modo más o menos sofisticado. El psiquiatra Luis Rodríguez Rojas, que se define de izquierdas, habla también de modo tumbativo: “Seamos sinceros, ¿cómo es posible que grupos de tendencia progresista que tanto bien han hecho en nuestra sociedad apoyando valores como la democracia, la solidaridad, el pacifismo, la lucha contra la violencia doméstica, la ecología, los derechos humanos o la abolición de la pena de muerte, luego sean capaces de no darse cuenta de que el aborto es uno de los males que más daños producen a las mujeres de nuestro país? (…) Esta mañana paseando por la Facultad de Medicina de nuestra querida Universidad he leído un cartel que rezaba así: Porque somos de izquierdas no al aborto. Nunca pude estar más de acuerdo con una afirmación.” (El Ideal de Granada, 2-II-2008)
En los medios y en los debates se suele hablar más que del aborto de la “interrupción voluntaria del embarazo”. No viene mal recordar aquí las conocidas palabras de Julián Marías: “A veces se usa una expresión de refinada hipocresía para denominar el aborto provocado: se dice que es la «interrupción del embarazo». Los partidarios de la pena de muerte tienen resueltas sus dificultades. La horca o el garrote pueden llamarse «interrupción de la respiración», y con un par de minutos basta. Cuando se provoca el aborto o se ahorca, se mata a alguien. Y es una hipocresía más considerar que hay diferencia según en qué lugar del camino se encuentre el niño que viene, a qué distancia de semanas o meses del nacimiento va a ser sorprendido por la muerte. (…) es actuar como Hamlet en el drama de Shakespeare, que hiere a Polonio con su espada cuando está oculto detrás de la cortina. Hay quienes no se atreven a herir al niño más que cuando está oculto -se pensaría que protegido- en el seno materno.”
Publicamos ahora el texto de la ponencia titulada “El aborto en los medios de comunicación”, que Alejandro Navas presentó en el Congreso de Cáceres al que hacíamos referencia al comienzo de estas líneas.
Navas ha elegido los periódicos El País, El Mundo, ABC, La Razón, La Vanguardia y El Periódico, que permiten recoger de modo suficiente el clima de opinión nacional. Y ha analizado todo lo que esos diarios han publicado sobre el aborto en los tres años precedentes.]
#440 Vita Categoria-Eutanasia y Aborto
por Alejandro Navas
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1 Comments:
Un caso interesante para plantearse, en este enlace.
Saludos
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