24 febrero 2005

UNIDAD Y CONTINUIDAD DE LA VIDA HUMANA

[De nuevo abordamos uno de los temas trascendentales de la sociedad actual: la perversa falacia de que "alguien" pueda disponer de una vida humana porque así lo decide arbitrariamente, afirmando, para justificarse, que carece de la categoría de "persona". Esto puede ocurrir en el inicio de una nueva vida -con el crimen del aborto-, o cuando se piensa que un hombre o una mujer, por la enfermedad que padece o por su decrepitud, es una carga molesta y se le "facilita" la eutanasia: es decir, se le mata. Dice el autor en el texto que
ahora publicamos: "Si analizamos las diferencias del sistema nervioso de un recién nacido y el de un brillante orador entrado en años que combina en su discurso los grandes recursos de la inteligencia humana, ¿quién podría afirmar que este último es más persona? No se sostiene establecer un antes y un después en el desarrollo embrionario: la ciencia confirma cada día con más evidencia este proceso “continuo y unitario” del que se quiere prescindir para llegar a un acuerdo sobre los plazos de la autorización legal del aborto. " Publicado en
La Gaceta de los Negocios (21-II-05)]

#121 ::Vita Categoria-Eutanasia y Aborto


por José Manuel Giménez Amaya, Catedrático de Anatomía y Embriología en la Universidad Autónoma de Madrid

_____________________________

La Biología de la vida se encuentra en una etapa de extraordinario interés. Nunca en la historia se ha dispuesto de tantos medios para profundizar en su estudio como en el momento presente. Nunca hemos sufrido situaciones tan complejas y dramáticas. Como alguien ha indicado recientemente, estamos metidos de lleno en un auténtico “tsunami biológico”. Y, entre las ciencias más implicadas, destaca la Embriología.

Esta disciplina es uno de los campos más fascinantes de las especialidades biomédicas. Considero que tiene una gran relevancia por tres motivos fundamentales. En primer lugar, porque los avances en ella proporcionan datos esenciales sobre el fundamento de la biología celular y molecular. Segundo, porque estas investigaciones aportan respuestas cada vez más claras sobre la constitución del hombre y su enfermar. Finalmente, porque su estudio tiene unas repercusiones éticas de gran dimensión. Éstas son cada vez más patentes por la dificultad de aceptar y adecuar los hallazgos objetivos de la ciencia a las propias (muchas veces insuficientes) convicciones sobre el ser humano, así como por la compleja deshumanización del sexo producida en los últimos cincuenta años.

(ver el texto completo)