20 marzo 2006

EL TRABAJO DE SONREIR

[Dice un proverbio escocés que la sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz. Por su parte, Shakespeare dejó escrito que para conseguir lo que quieras te valdrá más la sonrisa que la espada.

El doctor Michael Miller, director de cardiología preventiva del Centro Médico de la Universidad de Maryland, ha manifestado, después de un profundo estudio, que reír puede ser importante para mantener la buena salud del endotelio y, por lo tanto, disminuir los riesgos de un problema cardiovascular. Agregó que probablemente treinta minutos de ejercicio tres veces por semana y quince minutos de risa todos los días son muy buenos para el sistema vascular.

Efectivamente, parece probado que la sonrisa es uno de los rasgos más típicos del ser humano. De esto habla Jaime Nubiola en el artículo que ahora publicamos, reproducido de La Gaceta de los Negocios (20-II-2006). Tomarse el trabajo de sonreír -dice Nubiola- es un modo aparentemente sencillo en el que cada uno puede hacer un poco más humano este mundo nuestro y hacer así también más humana su propia vida.

El autor se refiere también al contenido de la encíclica Deus caritas est de Benedicto XVI: dice que el Papa nos enseña, entre otras muchas cosas, que cambiaremos el mundo a base de cariño y que ponerse a sonreír es comenzar a cambiar el mundo, porque significa poner el amor —y no el egoísmo o el propio interés— en el centro de la vida humana. Por eso para comenzar a cambiar el mundo merece la pena tomarse en serio el trabajo de sonreír.]


#281 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

por
Jaime Nubiola, Profesor de Filosofía, Universidad de Navarra
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La reciente encíclica de Benedicto XVI sobre el amor ha pillado por sorpresa a los medios de comunicación internacionales. Muchos esperaban un documento en el que denunciara los graves males que aquejan a nuestra sociedad y han quedado del todo sorprendidos al encontrarse con un texto muy sugestivo y extraordinariamente cálido: "El amor es una luz —en el fondo la única— que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar. El amor es posible, y nosotros podremos ponerlo en práctica porque hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo: a esto quisiera invitar con esta encíclica", escribe el Papa en uno de los últimos párrafos. Y poco antes explica que "el amor no se reduce a una actitud genérica y abstracta, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora". Una de las maneras de ponerlo en práctica es tomarse el trabajo de sonreír.

(ver el artículo completo)