04 julio 2006

LA SUPERFICIALIDAD CONSUMISTA

[John Haldane es profesor en la Universidad de St. Andrew's (Escocia), donde dirige el Centro de Ética, Filosofía y Asuntos Públicos. Este filósofo escocés, católico, casado y padre de cuatro hijos, estudió también Bellas Artes y es autor de una "Introducción a la Religión para personas inteligentes" ("An Intelligent Person's Guide to Religion", Duckworth, 2003). Su obra más reciente, "Faithful Reason" (Routledge, 2004), es una colección de ensayos sobre filosofía y fe católica.

Haldane denuncia la superficialidad de la cultura y de la sociedad:
Tenemos que elaborar -dice- una crítica rigurosa, exhaustiva, perspicaz y retóricamente eficaz de la superficialidad consumista. Y, al mismo tiempo, hemos de procurar desarrollar unos planteamientos coherentes y profundos sobre cuestiones como la vida humana, la reproducción humana, la muerte (...)


También ha hablado con fuerza de lo que significa la desintegración de la familia:
Hacia la mitad de este siglo, casi dos tercios de la población, no tendrán hermanos, ni hermanas, ni primos, ni tíos, ni tías (...) esas personas serán como átomos aislados, sin vínculos familiares. Y cuando eso ocurra, será un desastre. Tenemos que procurar advertir a la gente lo que eso significa; decirles: ese estilo de vida que has escogido no te ha enriquecido, te ha empobrecido. Y la única riqueza que no puedes recobrar es la de unas relaciones personales profundas, de familia.

En diversas ocasiones ha sugerido que los creyentes deben evitar dos posturas que no son provechosas: una es la actitud de condena amargada, resentida, en la que todo es malo, corrompido, terrible; la otra, es una especie de actitud ingénua para la que todo es maravilloso. Dice Haldane: Creo que los creyentes, ante todo, tienen que ganar credibilidad intelectual, tienen que demostrar su altura intelectual. Necesitamos más intelectuales, la Iglesia los necesita. En Gran Bretaña, por ejemplo, en el primer tercio del siglo XX la Iglesia católica recibió gran número de conversos. Desde el siglo XIX, con el cardenal Newman, pasando por G.K. Chesterton, Evelyn Waugh... muchas personas –filósofos, escritores...– se convirtieron al catolicismo. ¿Por qué? Porque les atrajo el rigor intelectual del catolicismo. Así que hemos de hacer valer nuestras credenciales intelectuales ante el mundo, mostrar que somos intelectualmente rigurosos y no condenar al mundo ni ir por ahí en una especie de trance de entusiasmo.

Reproducido de conelPapa.com]


#325 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia


por
John Haldane
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Ante el creciente pluralismo religioso visible en Occidente, sentimos a veces la necesidad de encontrar una base común, unos principios compartidos para organizar la convivencia, para definir qué está permitido y qué no se puede tolerar. ¿Cuál podría ser esa base común: tal vez una ética secular?

Hoy en los países occidentales vemos dos clases de pluralismo. Uno es un pluralismo de estilos de vida, que puede ser muy superficial: como elegir ropa, o muebles, o cosas así. Y hay una diversidad más profunda, un pluralismo filosófico o ideológico.Ahora bien, el caso es que cuando la gente alude a este pluralismo más profundo, los ejemplos que por lo general ponen muestran más coincidencias que divergencias. Por ejemplo, con respecto al matrimonio, judíos, cristianos y musulmanes comparten, en términos generales, las mismas ideas.

En cambio, la diversidad se da en el campo de ese otro pluralismo superficial, entre personas que parecen no tener más ética que una ética de la opción autónoma. Así, en España, en Gran Bretaña y en otros muchos países, está en primer plano el tema del matrimonio homosexual y la adopción de niños por parte de tales parejas. Pero eso no es en realidad expresión de una filosofía de fondo: es una manifestación de consumismo, del deseo de tener más opciones.

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