EL SEXIMONIO
[Juan Manuel de Prada recordaba en un artículo anterior (cfr. # 213) que el matrimonio “no atiende a las inclinaciones o preferencias sexuales de los contrayentes, sino a la dualidad de sexos, conditio sine qua non para la continuidad social. La finalidad de la institución matrimonial no es tanto la satisfacción de derechos individuales como la supervivencia de la sociedad humana, a través en primer lugar de la procreación y luego de la transmisión de valores y derechos patrimoniales que dicha procreación genera.” El matrimonio —de mater y munus (oficio de madre)— poco tiene que ver con ese engendro jurídico que mejor podría ser llamado seximonio. Así lo denomina el catedrático ____________________ (ver más)
Rechazar, como ha hecho el Congreso, un millón de firmas de ciudadanos nos asemeja más a un gulag que a una democracia madura. Así, con vara estalinista, se ha sepultado una iniciativa popular que apostaba sin ambages por el matrimonio, en contra de esa suerte de seximonio, made in Spain, con que se pretende regular el conjunto de relaciones sexuales de pareja o colectivo, de hecho, de derecho, de medio derecho, de derechazo y derechito. De progres y fachas.
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