21 junio 2007

VIOLENCIA

[Hay bastantes estudios que muestran la correlación existente entre una prolongada visión de contenidos violentos —especialmente en programas de televisión— y los efectos que producen sobre el comportamiento del espectador. La influencia depende, como es lógico, de diversos factores la edad, la madurez personal, el carácter, el contexto familiar, etc.—, pero no afecta sólo a los menores de edad.

Los expertos hablan de múltiples influencias dañinas en la personalidad, pero podemos destacar sobre todo dos efectos perniciosos que están interrelacionados:

a) la imitación: lleva a considerar el recurso a la violencia como un medio más, que, según las circunstancias, puede ser el más eficaz para eliminar los posibles obstáculos que interfieren en el objetivo que uno se ha propuesto. Basta leer los periódicos para descubrir con frecuencia delitos inspirados o calcados en el cine o en la televisión: por si no bastasen las apariencias, con frecuencia lo declaran así los propios autores. ¿Qué es antes, el huevo o la gallina? ¿Qué es antes, la violencia en la calle o su reflejo en el cine y en la televisión? Los sociólogos hablan cada vez más de un auténtico círculo vicioso que va de la violencia real a su representación y, de ésta, a una nueva violencia real;

y b) la pérdida de sensibilidad: poco a poco el espectador de la violencia habitual se va haciendo menos sensible al sufrimiento de los demás, tanto de las personas cercanas, como de otras alejadas: p.e. ante el dolor de tantas víctimas de la violencia que se refleja cada día en los medios de comunicación. O el éxito especial de los videojuegos más violentos: en este sentido es interesante un comentario publicado en educaciónenvalores.org: “Las revistas especializadas establecen una relación proporcional entre la violencia de un juego y su calidad. Porque la violencia vende. La violencia se ha convertido en uno de los elementos importantes de cualquier videojuego que quiere triunfar y ser número uno en ventas. El problema es que trivializan la violencia real y que los niños y niñas acaban volviéndose inmunes a su horror. El mayor peligro no es la generación o no de comportamientos violentos, sino la insensibilización ante la violencia. Se presenta una violencia sin consecuencias para la persona que la perpetra o para la víctima, enviando el mensaje de que la violencia es un modo aceptable de alcanzar objetivos, divertido y sin daño.”

Al término de un estudio de seis años de duración, realizado por diversos equipos en cinco países lejanos entre sí, Huesman y Eron concluyen que "agresividad y ver escenas de violencia tienen un cierto grado de interdependencia", y que "los niños más agresivos ven más violencia en televisión".

De todo esto habla un artículo de José Javier Esparza titulado “Violencia”, precisamente con ocasión del fallecimiento de Eron: fue publicado en La Voz Digital (1-VI-2007), y en otros muchos medios de comunicación, y lo reproducimos a continuación.]

# 392 Educare Categoria-Educacion

por José Javier Esparza

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Usted no tiene por qué saber quién es Leonard D. Eron, norteamericano, que acaba de fallecer a los 87 años de edad. Yo ni siquiera sabía que se había muerto. Nadie nos lo ha contado en la tele. Me he enterado de su fallecimiento por un artículo en elmanifiesto.com. Leonard D. Eron es el señor que demostró la influencia de la televisión en los comportamientos violentos. Psicólogo y profesor universitario de profesión, compareció en 1999 ante un comité del Senado y afirmó que al menos el 10%o de la violencia juvenil puede achacarse a la influencia de la televisión.

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