04 octubre 2007

ASIGNATURA TOTALITARIA

[La mal llamada “educación para la ciudadanía” es un grave atentado contra la libertad y tiene razón Ignacio Sánchez Cámara cuando la llama “asignatura totalitaria”, porque persigue el adoctrinamiento de los alumnos y promueve una ideología laicista que excluye la dimensión trascendente de la persona humana. La concepción del hombre en la que se sustenta resulta incompatible con la fe religiosa y esto es un ataque intolerable a los ciudadanos, porque no hay que perder de vista que el 77% de los españoles se declaran católicos.

En un verdadero abuso que el gobierno socialista pretenda encargarse de la educación moral de todos los chicos españoles. Es falso el estribillo que se repite cansinamente por los voceros del ejecutivo socialista de que se trata de una asignatura equivalente a las que existen en otros países democráticos europeos. La realidad es que en los países verdaderamente democráticos lo que se enseña es lo relacionado con el respeto a la Constitución y a los Derechos Humanos, pero no se invade de ningún modo el ámbito de la conciencia moral de los alumnos.

Y encima, esos mismos voceros simplones, aprovechan para gritar contra la Iglesia diciendo que no tiene derecho a imponer su punto de vista. Como muy bien dice Juan Luis Lorda, en el Diario de Navarra (24-IX-2007): “En este momento, el peligro no es que la Iglesia quiera imponer nada, sino que un gobierno socialista quiere imponernos algo; dando por supuesto que, por haber ganado unas elecciones, él solito es el Estado y tiene el derecho de modelar ideológicamente a toda la sociedad según su criterio.”

Y sigue: “…forma parte esencial de la mentalidad democrática hacer las leyes escuchando a los ciudadanos. Y eso es precisamente lo que no ha hecho el gobierno Zapatero en esta Educación para la Ciudadanía. La ha preparado desde hace años un grupo ideológico (la fundación CIVES) y después nos la ha impuesto a todos. Sin buscar consensos ni tener en cuenta la pluralidad que existe en España. Sin respetar el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones, y la libertad educativa que tenemos todos para transmitir honradamente nuestras convicciones. Quejarse y defender ahora estos derechos fundamentales no es una conspiración, sino un deber que consolida nuestra pobre democracia.”

Y dice más: “José Antonio Marina, que ha participado al final en la confección del programa, contaba en su página web (luego lo retiró), que propuso que se invitara también al cardenal Cañizares. Y que su propuesta fue recibida como un chiste. No es de extrañar. La fundación CIVES es conocida por promover un laicismo excluyente para España. Y, según la prensa madrileña de estas semanas, ha convertido su servicio a la administración pública también en un negocio. Veremos. Pero lo más escandaloso, desde el punto de vista democrático, no es que sea un negocio, sino que es una imposición.”

Pues eso, una auténtica “asignatura totalitaria” como dice el artículo de Ignacio Sánchez Cámara, publicado en La Tercera de La Gaceta (1-X-2007), que ahora reproducimos.”

# 404 Categoria-Educacion

por Ignacio Sánchez Cámara, catedrático de Filosofía del Derecho

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La aprobación de Educación para la Ciudadanía entraña un triple error: político, jurídico y moral. Es un grave error político crear una nueva asignatura que persigue la formación cívica de los alumnos sin alcanzar, y ni siquiera intentarlo, un acuerdo político con la oposición. El Gobierno y sus aliados parlamentarios han exhibido una intransigencia, incompatible, por lo demás, con la propia naturaleza de lo que se pretende, entre otras cosas, enseñar: nada de diálogo y todo de imposición mecánica de exiguas mayorías. Perfecto ejemplo de educación cívica. Si toda gran reforma educativa debería nacer del consenso general de la sociedad y de sus representantes políticos, lo mismo cabe exigir cuando se trata de la creación de una nueva asignatura obligatoria de naturaleza moral. El fracaso de la nueva asignatura no es cuestión opinable: la asignatura del consenso y la democracia no ha generado sino división social y disenso. Es una pura falsedad afirmar que sólo pretende el conocimiento de la Constitución y de los derechos fundamentales.

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