25 noviembre 2007

CÉLULAS MADRE SÍ, PERO SIN EMBRIONES

[La ciencia ha dado uno de esos saltos que hacen historia: se ha logrado reprogramar células adultas de la piel humana de modo que se convierten en células madre como las embrionarias, capaces de diferenciarse en los diversos tejidos del cuerpo humano.

Este paso ha sido calificado de revolucionario por la comunidad científica. Siempre se había pensado que era un camino de una sola dirección, pero se ha logrado invertir el proceso.

Primero en julio de 2006 y luego en el pasado verano, unos investigadores japoneses lograban la conversión de células de la piel de ratones en células madre con las características de las embrionarias. Se demostró que aquellas células de cola de ratón reconvertidas en células embrionarias, eran pluripotentes y podían convertirse en cualquier tipo de célula.

Desde entonces, varios los grupos de científicos han repetido esta metodología siempre en animales. Pero el paso definitivo, que era conseguir los mismos logros con células humanas, lo han dado ahora esos científicos japoneses al mismo tiempo que otros investigadores norteamericanos. Un equipo es el dirigido por Shinya Yamanaka de la Universidad de Kioto (Japón); el otro grupo de investigación trabaja en el laboratorio de James Thomson, de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos). Han logrado reprogramar células de la piel humana y las han transformado en células madre pluripotentes, similares a las que se podrían obtener de los embriones humanos.


Las células obtenidas han sido designadas técnicamente como iPS, sigla tomada de las iniciales en inglés de células madre pluripotentes inducidas (induced Pluripotent Stem cells). La revista Cell Stem Cells publica el trabajo del equipo de Yamanaka, y la revista Science recoge los datos del grupo de James Thomson: los dos han utilizado un proceso similar, aunque no idéntico. También Nature ha publicado estos trabajos.

El equipo de Yamanaka -según publica Cell Stem Cells- tomo células de la piel de una mujer de 36 años y de un hombre de 69, e introdujo en su interior cuatro genes que están implicados en el proceso de diferenciación celular. Para introducir estos genes en el interior de la célula utilizó como vector un retrovirus. La acción de estos genes puso en marcha un mecanismo de reprogramación que hizo regresar la célula a una fase equivalente a la embrionaria, por eso se les ha llamado iPS. La célula ya diferenciada de la piel se convirtió así en una célula madre pluripotente capaz de convertirse de nuevo, no ya en piel, sino en cualquier tipo de célula del organismo humano (hay 220 tipos de célula que forman los diferentes tejidos del cuerpo adulto).

Aplicando también cuatro genes (dos iguales y otros dos distintos), el equipo de Thomson ha logrado el mismo proceso -según explica Science-: ha utilizado células de piel de fetos y de niños recién nacidos. El resultado ha sido el mismo, lo cual refuerza la certeza del experimento.

James Thomson ha manifestado que con "las iPS se logra todo lo que se puede hacer con las células embrionarias" y que "estas células son probablemente más relevantes a nivel clínico que las células madre embrionarias"; también ha añadido que con el uso de estas células no habría problemas de rechazo. Yamanaka ha dicho cosas parecidas y ha añadido que las iPS podrían servir para comprender los mecanismos de algunas enfermedades y probar la toxicidad de los fármacos.

En todo el mundo ha habido un clamor unánime, al constatar que es un gigantesco avance científico que presenta, al menos, tres grandes ventajas: primero, permite la producción ilimitada de células madre pluripotentes debido a la abundancia de la propia piel (y no es el único tejido adulto del que se han obtenido células madre); segundo, no ocasionaría problemas de rechazo porque el donante y el receptor podrían ser el mismo individuo (las células tendrían el mismo código genético); y, finalmente, pero no es la razón menos importante, confirmaría que no se necesita manipular y destrozar embriones humanos –¡seres vivos!- para lograr células madre.

Con este descubrimiento se ha puesto de manifiesto que algunos científicos han seguido trabajando racionalmente sin atender a las presiones de ciertos lobbies que han tratado de impulsar únicamente la línea de investigación con células madre embrionarias, a pesar de que son muy difíciles de controlar, generan tumores y, sobre todo, implican la destrucción irracional de embriones vivos. De fondo, como es bien sabido, está el sofisma de que el progreso científico exige necesariamente descartar posibles problemas éticos (en este caso, la destrucción de embriones); y no hay que olvidar que están en juego muchos intereses económicos.


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Muy ilustrativos y didácticos los artículos: Células Madre para todos y Hacia la creación de células madre pluripotenciales sin utilizar embriones, de Javier Novo, Director del Departamento de Genética de la Universidad de Navarra


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Science Now Daily News (20 November 2007): “Two groups report today that they have reprogrammed human skin cells into so-called induced pluripotent cells (iPSs). In a paper published online in Cell, Yamanaka and his colleagues show that their mouse technique works with human cells as well. And in a paper published online in Science, James Thomson of the University of Wisconsin, Madison, and his colleagues report success in reprogramming human cells, again by inserting just four genes, two of which are different from those Yamanaka uses.”

“(…) Yamanaka and his colleagues used a retrovirus to ferry into adult cells the same four genes they had previously used to reprogram mouse cells: OCT3/4, SOX2, KLF4, and c-MYC. They reprogrammed cells taken from the facial skin of a 36-year-old woman and from connective tissue from a 69-year-old man.”

“Thomson's team started from scratch, identifying its own list of 14 candidate reprogramming genes. Like Yamanaka's group, the team used a systematic process of elimination to identify four factors: OCT3 and SOX2, as Yamanaka used, and two different genes, NANOG and LIN28. The group reprogrammed cells from fetal skin and from the foreskin of a newborn boy.”


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Time (20 November 2007): “In the journal Cell, Shinya Yamanaka of Kyoto University reports success in turning back the clock on cheek cells from a middle-aged woman, while James Thomson of University of Wisconsin, the first to isolate human embryonic stem cells, achieved the same feat with foreskin cells from a newborn baby. The achievements completely reset the boundaries of the stem cell debate, because both groups generated cells that looked and acted like embryonic stem cells, but without the need for eggs, embryos or ethical quandaries about where the cells came from. "I think this is the future of stem cell research," says Dr. John Gearhart, the biologist who first discovered human fetal embryonic stem cells. ‘It's absolutely terrific.’ "

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Reproducimos ahora un artículo titulado “Células Madre sí, pero sin embriones” escrito por Nicolás Jouve de la Barreda, Catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá de Henares (España), que ha sido publicado en Páginas Digital (23-XI-2007).]



# 414 Varios Categoria-Varios: Etica y antropología

por Nicolás Jouve de la Barreda

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Las recientes investigaciones de varios grupos han demostrado que es posible una reprogramación genética de células diferenciadas y que este método es mejor y más seguro para atacar la producción de células válidas para el trasplante de tejidos deteriorados que su extracción de embriones, al poder utilizarse células del propio paciente, soslayando el problema del rechazo.

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Desde hace unos años, cuando se despertó el interés por las células embrionarias como fuente de obtención de líneas celulares útiles para la curación de enfermedades degenerativas, muchos señalamos que estas lamentables investigaciones con embriones, literalmente sacrificados, tenían fecha de caducidad. Los excelentes resultados con células madre adultas apuntaban en una dirección mucho más prometedora y desde luego respetuosa con la vida humana.

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