30 mayo 2007

LA BURBUJA EDUCATIVA

[En varias ocasiones nos hemos referido en este blog al candente tema de la nueva asignatura curricular “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” (cfr. por ejemplo, ## 359 y 383).

Como es bien sabido, el ejecutivo socialista ha reiterado el mensaje de que “hay que apoyar esta asignatura, porque contiene los valores cívicos que fundamentan la democracia.” Parece esencial —no sólo en esta cuestión, sino en todo lo que es importante— distinguir bien los conceptos, sin dejarse engañar por los “mensajes ideológicos”, por mucho que se repitan en la calle y en los medios.

Ese manido y cansino estribillo socialista puede ser auténtico o puede ser una falacia, según qué valores cívicos se presenten a los alumnos como supuestos “fundamentos de la democracia”. Si se enseña a vivir auténticas virtudes humanas y valores cívicos —solidaridad, justicia, veracidad, tolerancia, respeto mutuo, sobriedad, etc.—, esa asignatura tendrá un efecto positivo en la educación de los futuros ciudadanos. Pero si, por el contrario, lo que se presenta a los chicos como valores fundamentales para la democracia son aberraciones llamar matrimonio a la unión homosexual, ataques a la familia verdadera, falta de respeto a la vida y llamar logro democrático al aborto o a la eutanasia, etc.—, entonces de ningún modo puede considerarse que tenga un efecto positivo, sino que será un nefasto “experimento ciudadano”. Y como decía aquel, si quieren experimentar, ¡que experimenten con sus hijos!

Ya van apareciendo los primeros manuales y los padres, educadores y directivos de centros tendrán que estar muy al tanto de los contenidos. Por ejemplo, hace unos días me llamó la atención leer un ataque visceral —con ironía de la mala— contra uno de esos nuevos manuales. Enseguida pude aclarar la cuestión al ver que en ese libro para alumnos de 4º de ESO —de la editorial Casals, para más detalles— se daban ideas claras sobre el valor de la vida humana desde el momento de su concepción y también sobre el verdadero matrimonio, distinguiéndolo de la unión de homosexuales. No hace falta decir que el ataque procedía de un “lobby gay”. Hay otros manuales: habrá que discernir sus contenidos.

Reproducimos ahora un interesante artículo de Tomás Baviera. Dice: En su día me alegró conocer la iniciativa de ayudar a educar ciudadanos, pues la conciencia de ciudadanía ha sido una de las notas distintivas de la cultura occidental desde sus orígenes.”

Y comenta la defensa que hace Sócrates —de lo que significa ser buen ciudadano— en el diálogo que mantiene con Critón, su discípulo y fiel amigo. Sócrates desestima la propuesta de huir que le ofrece Critón, pues no quiere renunciar a su convicción moral: es preferible sufrir una injusticia antes que cometer otra.

También recuerda que Aristóteles en la Ética a Nicómaco hace ver que en lo referente a la conducta humana la persona aprende más por descubrimiento, al ver el ejemplo de otros, que por estudio de la teoría. “Las actitudes cívicas no se enseñan, se transmiten.”

Para educar buenos ciudadanos no hacen falta nuevas asignaturas curriculares, nos dirían ahora, sin duda, Platón y Aristóteles, sino el buen ejemplo y la coherencia de los que nos gobiernan: y eso sí que se echa en falta en nuestros días.]

# 390 Educare Categoria-Educacion

por Tomás Baviera Puig, Director del Colegio Mayor Universitario de La Alameda (Valencia, España)

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Últimamente la cuestión de la posible burbuja inmobiliaria está apareciendo con frecuencia en los medios de comunicación. Desde luego, parece que la caída en bolsa de Astroc puede ser un aviso. Ya no es solamente un problema para los accionistas de las empresas inmobiliarias. También afecta a los hogares, que tienen que hacer frente muchas veces a unas hipotecas desproporcionadas. El precio de la vivienda no ha cesado de subir y se está construyendo por todas partes. La pregunta que uno se hace al ver tantos edificios nuevos es si existe suficiente demanda de viviendas.



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