19 octubre 2005

OPUS DEI, BY JOHN L. ALLEN

[John L. Allen Jr. is an award-winning Vatican correspondent of CNN and the National Catholic Reporter and National Public Radio. He is the author of The Rise of Benedict XVI and All the Pope's Men: The Inside Story of How the Vatican Really Thinks. His Internet column, The Word from Rome, is considered by knowledgeable observers to be the best single source of insights on Vatican affairs in the English language.

To undertake his study -Opus Dei: secrets and power inside the Catholic Church, ed. Randon House & Allen Lane, 400 pp.-, John Allen visited Opus Dei outposts around the world, conducting 300 hours of interviews with members and ex-members.

The autor also lived for five days in an Opus Dei residence and had access to high-ranking officials and private correspondence from the organization's archives.

Allen divides his study into four sections: essentials about Opus Dei; a long look inside Opus Dei; questions about Opus Dei; and a summary evaluation.

The autor has produced an exhaustive work, packed with endless facts. This is an serious book: "The method Allen follows is to take the case against Opus Dei and sift it. Thus, he takes an article published in the magazine America in 1995 which says the statutes of Opus Dei are secret. Next he interviews the article’s author. Then he finds that the statutes are all in a book printed by an Opus Dei affiliated publisher, and there is a translation on the internet too. He also quotes a prohibition of secrecy in the statutes of Opus Dei themselves, approved by the Vatican in 1982."

The Prelature of the Holy Cross and Opus Dei, commonly known as Opus Dei (Latin for "Work of God"), is a Roman Catholic prelature, composed of a prelate, secular priests, and lay people, whose stated aim is to contribute to the evangelizing mission of the Church by spreading the message that everyone is called to become a saint and an apostle. The Opus Dei Prelature "encourages Christians of all social classes to live consistently with their faith in the middle of the ordinary circumstances of their lives."

Readers who are curious about the Opus Dei will find Allen's book most informative.

We post here the review published on The Tablet.]

#224 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

by Christopher Howse
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In 1987 Cardinal Hume wrote to the Archbishop of Seoul, who had asked if it was a good idea to let Opus Dei start up in his diocese. “I know that Opus Dei contains many good people and does good work,” he replied, “but – strictly between ourselves – I would always be cautious in their regard. I don’t like the secretiveness that seems to surround their activities, and I have suspicions about pressure that can at times be put on youths.” This previously unpublished detail on the late Cardinal’s thinking is typical of the spadework put in by John Allen, the Vatican correspondent of the National Catholic Reporter, in this determinedly unsensationalist but deeply intriguing study.

In my experience the most frequent reason given for disliking Opus Dei among bien- pensant English Catholics is that it is “right-wing” in ecclesiastical terms. John Allen does not see it that way. “It’s not quite right to call this a ‘traditional’ alternative to a more ‘liberal’ post-conciliar Catholicism, since from a historical point of view Opus Dei is not traditional at all.” Indeed, he goes so far as to say that its founder’s “insistence that the real work of bringing the gospel to the world is to be carried out by lay people through their secular occupation marks something of a Copernican shift for Catholicism”.

(more)

10 octubre 2005

LO QUE EL HOMBRE PIENSA DE SÍ MISMO DEPENDE DE QUE EXISTA DIOS O NO

[Entrevista con Robert Spaemann. En arguments se han publicado ya hasta ahora varios importantes textos del profesor Spaemann: ¿Son todos los hombres personas? (#198), Europa, ¿comunidad de valores u ordenamiento jurídico? (#103), ¿Qué es el fundamentalismo? (#070) y El relativismo intolerante (#005). Reproducimos ahora una entrevista que ha publicado la revista Nuestro Tiempo (nº 613-614, julio-agosto 2005). Destacamos algunas de las sugerentes ideas que explica con detalle el filósofo alemán:
  • Hoy es una afirmación común el sostener que lo natural no tiene ningún carácter normativo. Pero eso es totalmente errado.
  • El hombre no tiene una naturaleza meramente animal, sino humana; pero no por eso deja de tener una naturaleza. Y también en el hombre existen defectos respecto de dicha naturaleza.
  • ¿Qué pasa cuando alguien no es capaz de sentir ninguna atracción por personas del sexo contrario? Ahí claramente hay un defecto, porque de dicha atracción depende precisamente la preservación de nuestra especie. Y cuando hoy se dice que existen distintas opciones sexuales, se está desconociendo el hecho de que una de estas opciones es constitutiva para la existencia de la humanidad y la otra es una anomalía.
  • Las personas han olvidado de qué cosas es capaz el ser humano cuando se le permite todo. Se imaginan que el hombre después de todo es muy pacífico y que hay que dejar que haga lo que le venga en gana. Olvidan cuán rápido se pierde dicha paz. Olvidan cuán delgada es la capa de hielo sobre la que caminamos.
  • Los filósofos deben pensar. No deben, sino que quieren pensar. Quieren comprender la realidad. (...) Desde luego no deben dejarse engañar; tampoco deben dejarse intimidar. Deben tener confianza, deben confiar en su razón. Se puede decir que vivimos en una época que ha desesperado de la racionalidad, y es tarea de los filósofos cristianos confiar en la razón, precisamente por el hecho de que creen en Dios.
  • Hoy reina la tesis de David Hume: we never do one step beyond ourselves. Todo lo que veo es lo que yo veo, y es mi manera de ver; y todo lo que yo pienso lo pienso yo, y es mi modo de pensar. Los demás pueden decir: bueno, tú lo ves así y yo distinto, está bien. Nietzsche concluye en efecto que si no hay Dios tampoco hay mundo real, sino sólo las perspectivas de cada individuo. Bajo tales condiciones, desde luego, no puede hablarse ya de verdad.
  • La doctrina de Dios corresponde siempre a la filosofía, porque pertenece a la racionalidad; no se asumía –como hoy– que hablar de Dios sea hablar de fe, ya que sobre Dios también hay un saber.
  • Afirmar al hombre en su capacidad de conocer verdades y creer en Dios es una misma cosa.
  • Si alguien quiere vivir en el absurdo, no hay nada que hacer al respecto. (...) En relación a las verdades últimas y decisivas siempre se involucra un momento de decisión. Podemos decir que es racional hablar de Dios, pero se debe añadir que creer en la racionalidad implica una decisión.
  • Creo que hoy uno de los temas más importantes es la conexión entre la autocomprensión del hombre y la existencia de Dios. (...) Lo que el hombre piensa de sí mismo depende de que exista Dios o no. Creo que desarrollar los modos en que se da esta conexión es una tarea esencial para la filosofía.
  • El filósofo no sabe nada que el resto de las personas no sepa, pero él defiende el saber del hombre común y corriente en contra de los sofistas. Y mientras haya sofística tendrá que seguir habiendo filosofía. En sí, los seres humanos ya saben por sí mismos lo que es importante saber.
Merece la pena leer esta entrevista. Y pensar en lo que dice el sabio Spaemann...]

#223 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

por Marcela García y Manfred Svensson

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Robert Spaemann (Berlín, 1927) es uno de los más destacados filósofos alemanes de las últimas décadas. Estudió filosofía, teología y romanística en las universidades de Münster, München, Fribourg y París, siendo luego profesor en Stuttgart, Heidelberg y München. Algunas de sus obras han sido traducidas a nuestra lengua, entre las que podemos nombrar “Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar”, “Felicidad y Benevolencia”, “Personas: Acerca de la distinción entre algo y alguien” y “Ensayos Filosóficos”. Doctor honoris causa por varias universidades, ha recibido destacadas condecoraciones como el premio Karl Jaspers, y recientemente ha pasado a integrar la Academia China de las Ciencias.

Desde 1992 Spaemann es profesor emérito de la Universidad de München. Este semestre ha vuelto tras largo tiempo a ella, dictando una clase magistral en torno a la pregunta “¿qué significa que el arte imite a la naturaleza?” Con ocasión de su presencia en esta ciudad, el profesor Spaemann ha tenido la amabilidad de hablar con nosotros sobre distintos temas de ética, sobre la filosofía y el cristianismo, sobre Dios y el modo en que nos entendemos a nosotros mismos.

NATURALEZA Y RESPONSABILIDAD

Profesor Spaemann, usted ha publicado numerosos trabajos sobre ética y ahora ha vuelto a las aulas con lecciones sobre estética. ¿Cuál es el vínculo entre ambos temas? ¿Considera que puede tener actualidad la idea de “acciones bellas”?

Sí, creo que hemos perdido mucho por la separación entre ética y estética. Ante todo mediante el utilitarismo, que entiende la ética sólo como una estrategia para optimización del mundo como un todo. Pero también el formalismo kantiano tiene un concepto muy abstracto de lo que es bueno: bueno es lo que se conforma a un principio ético determinado. Pero que existen ciertas formas de actuar que son “bellas” es algo que parece estar olvidado. Alguien podría preguntarse qué queremos decir aquí con “bello”, en lugar de decir simplemente “bueno”. Pero me parece que tiene mucho sentido que los griegos hayan llamado bello a lo que nosotros llamamos moralmente bueno. Lo que ellos llamaban bueno nosotros lo llamamos conveniente, útil, bueno para mí. La tesis de Platón era que lo bello es también bueno para mí, y creo que hay buenos motivos para renovar esa idea.

(ver la entrevista completa)

08 octubre 2005

ALTERACIONES GENÓMICAS DE LAS CÉLULAS MADRE EMBRIONARIAS

[Además de los aspectos éticos y morales relacionados con la utilización de las células madre embrionarias, no cabe duda de que su posible uso clínico entraña obstáculos importantes. Con frecuencia se menciona en las publicaciones científicas la capacidad de producir tumores, precisamente por la enorme potencia de crecimiento de esas células. Pero no es el único problema. El Dr. Prósper dice en este artículo que un reciente "estudio publicado en la revista Nature Genetics aporta nuevas evidencias de que las líneas de células madre embrionarias cuando se mantienen en cultivo durante períodos prolongados de tiempo son inestables desde el punto de vista genómico y adquieren alteraciones a nivel genético y epigenético, asociadas en algunos casos con el desarrollo de tumores." Explica el autor que la existencia de esas alteraciones cromosómicas en las células madre embrionarias había sido ya mencionada en alguna publicación, pero sólo como si fuera algo secundario y sin excesiva repercusión práctica. Ahora, el informe de Nature Genetics, les da mayor categoría: "...utilizando técnicas con mayor capacidad de discriminación que los estudios citogenéticos, se demuestra que la incidencia de estas alteraciones es mucho más frecuente de lo esperado."
Y concluye con esta sabia reflexión: "...cuanto más aprendemos sobre las células madre más podemos apreciar que, a pesar de los potenciales beneficios derivados de su utilización, las limitaciones son muy importantes y que trasmitir un exceso de optimismo es cuando menos contraproducente. Es imprescindible continuar realizando una investigación seria y en la medida de lo posible desprovista de condicionantes externos -tarea imposible- en beneficio de nuestros pacientes." Publicado en La Gaceta de los Negocios (Madrid, 12-IX-2005).]


#222 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

por el Dr. Felipe Prósper,
Dpto. de Hematología del Área de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra
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El desarrollo de las primeras líneas de células madre embrionarias en 1998 y la demostración de su casi ilimitada capacidad de proliferación y de diferenciación en cualquier tipo de tejido ha levantado enormes expectativas desde el punto de vista terapéutico. Sin embargo, como ocurre de forma habitual en el campo científico, el exceso de optimismo puede acompañarse de cierta perdida de objetividad llevándonos a obtener conclusiones precipitadas.

(ver el texto completo)

07 octubre 2005

SOBRE LA EUTANASIA

[Aunque en los medios de comunicación y en la calle se trate de la eutanasia y del aborto de un modo tan superficial como si se hablase del agujero de ozono en la atmósfera y del cambio climático, son tristísimas realidades humanas y no conviene frivolizar con ellas en modo alguno.

Javier Aranguren aborda en este artículo la cuestión de la eutanasia con la profundidad y el rigor del filósofo, planteándose las preguntas fundamentales y evitando caer en el error de un enfoque sentimental. “El sentimentalismo – dice el autor- es una actitud que ciega a quien la ejerce, que empobrece la vida intelectual, que falla a la verdad porque no se interesa por lo que son las cosas sino por nuestras reacciones psicosomáticas ante ellas."

Algunos pretenden “vendernos” la eutanasia como si fuese un signo de civilización. Pero, ¿puede admitirse, de modo razonable, este planteamiento? La respuesta es un rotundo no. Lo que es un signo de civilización es justamente lo contrario: el respeto a la vida humana, en todas sus fases y en todas las circunstancias que pueda atravesar. La dignidad de la persona se fundamenta en el hecho radical de que es un ser humano –no es algo, sino alguien-, con independencia de cualquier otra circunstancia de raza, sexo, religión, color de la piel, salud o enfermedad, si es joven o ya anciano, si tiene habilidad manual o está discapacitado, si tiene más o menos coeficiente intelectual, si es rico o es pobre, etc.

Aunque de modo falaz se logre a veces –en una película lacrimógena o en un reportaje morboso- dar apariencia de bondad y de logro cultural a la eutanasia, en la medida en que se la presenta como una forma de luchar contra el dolor y el sufrimiento, es importante darse cuenta de que la eutanasia no es eso, sino que es eliminar a una persona humana y esto es incompatible con la civilización y con la bondad: es más, revela un desprecio profundo hacia la dignidad radical de esa persona a la que se mata, aunque sea a petición suya. Y no hay que olvidar que nadie pierde la dignidad porque tenga una enfermedad que le haga sufrir; lo verdaderamente indigno es que se pretenda basar la dignidad de una persona en el hecho de que no padezca ningún sufrimiento. Además, resulta especialmente contradictorio defender la eutanasia precisamente en estos momentos en los que la Medicina ofrece soluciones eficaces para tratar a los enfermos terminales y para aliviar el dolor.

Publicado en Nuestro Tiempo (nº 613-614, julio-agosto 2005).]


#221 Vita Categoria-Eutanasia y Aborto

por Javier Aranguren, filósofo

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Si hay una cosa que nos molesta a los que tratamos ser de natural ligero, a los que nos gustaría tomarnos la vida a broma, es que nos pongan ante temas serios. Peor aún es que esos temas nos resulten lamentables. Si por un lado la actitud de debate parece positiva (que se hable, se discuta, se busque la verdad), el que una sociedad llegue a poner en entredicho ciertos temas (y el de la eutanasia es uno de ellos) me parece un signo preocupante de la altura moral o humana en que dicha sociedad se encuentra. Así, Aristóteles decía que «Quien duda que haya que honrar a los dioses o a los padres no merece argumentos sino una reprimenda» (Tópicos, I, 11, 105ª). De modo que no puedo no mostrar mi enfado porque las circunstancias políticas me obliguen a pensar y defender un asunto tan serio como el valor de la vida humana. Permítanme por tanto comenzar disculpándome si mi exposición, mis argumentos, mi tono, no invitan a la sonrisa. Saldría bien pagado si por lo menos lo hacen a la reflexión.

Alguno se preguntara, ¿a qué viene tanta seriedad? Mi respuesta: porque nos encontramos ante un asunto sobre el que no conviene frivolizar. La sociedad del entretenimiento, de la productividad y de la prisa trata de que pasemos con rapidez por encima de todo, especialmente de lo grave, de lo importante. Les pediría que por un tiempo relativamente breve suspendamos nuestros relojes, nuestras gestiones, y adquiramos la disposición de pensar, de tratar de discernir el ser de la realidad (en este caso, ya lo he dicho, del valor de la vida humana) para de ese modo poder disponernos a actuar con justicia, a ejercitar la decencia.

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06 octubre 2005

NUEVOS VALORES

[Este artículo publicado hace un par de días en La Gaceta de los Negocios (Madrid, 4-X-2005), proyecta algunas de las inquietudes de Alejandro Llano a lo largo de las últimas décadas, quizá desde la época ya lejana del mayo francés de 1968. Algunos de sus comentarios sobre los valores entonces emergentes fueron publicados en 1988 en un notable libro titulado La Nueva Sensibilidad, que alcanzó mucha difusión y una gran popularidad en los ámbitos universitarios, entre los colegas y alumnos. Decía Llano en el prólogo: "...pretendo tirar para arriba de esos valores ascendentes y tratar de llevarlos hacia su mejor sentido, que es de la nueva sensibilidad como inteligencia que se abre, a través de los sentidos externos, de la memoria y la imaginación, a la unitaria pluralidad de lo real." En ese libro se hablaba claramente de algunos aspectos novedosos de la sensibilidad postmoderna -ahora ya patrimonio común de todo ciudadano- que son objeto de atención en el artículo que ahora publicamos: la ecología, el nacionalismo, el feminismo y el pacifismo. Decía entonces el profesor Llano: "...los valores que circulan en tales movimientos poseen una índole altamente simbólica. No apelan a casos o a cosas, sino a actitudes y vivencias, a estilos cognoscitivos y a talantes emocionales." En el subsuelo de esas realidades emergentes, se descubrían tendencias profundas que el autor sintetizó en unos principios éticos y culturales que son los que va comentando en este artículo.]

#220 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

por
Alejandro Llano, Catedrático de Metafísica
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Hace tan sólo veinte años -lo recuerdo bien- hablar de la importancia de la ecología, advertir la emergencia del nacionalismo, señalar que el feminismo sería una nueva clave cultural o detectar el desarrollo del pacifismo, cualquier tipo de énfasis en esas nuevas actitudes, provocaba sonrisas de conmiseración o acusaciones de utopía. Hoy son casi referencias tópicas, por comúnmente aceptadas. Nuestro horizonte valorativo ha sufrido decisivas mutaciones al filo del cambio de milenio. Sentimos de otra manera, pensamos de otro modo, pero nuestros esquemas mentales continúan sin actualizar. Tal desajuste provoca una ambigüedad de fondo que se puede detectar en los cuatro movimientos emergentes que acabo de mencionar.

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05 octubre 2005

LA SUPUESTA EFICACIA DEL PRESERVATIVO EN LA LUCHA CONTRA EL SIDA

[Edward Green es un científico investigador de Harvard y miembro del comité consultivo del Presidente de Estados Unidos sobre la prevención del VIH/Sida. Green no tiene objeciones morales a los preservativos y, de hecho, en el pasado, trabajó con organizaciones que promueven los anticonceptivos y los programas de planificación familiar. Sin embargo, ahora manifiesta serias dudas sobre la estrategia de luchar contra el sida confiando en la distribución de preservativos y así lo ha expresado claramente en su libro Rethinking AIDS Prevention: Learning from Successes in Developing Countries (Greenwood Press, 2003, 392 pp.). El Dr. Green revisa objetivamente los países que han tenido éxito en la reducción de la tasa de infección de VIH: éste ha sido el caso de Uganda, donde ha disminuido espectacularmente el porcentaje de infección del 15% al 5% entre 1992 y 2002: el medio fundamental ha sido fomentar que se viva la fidelidad a la propia pareja, la reducción de la promiscuidad y la abstinencia sexual. Green muestra que las campañas de promoción centradas en el uso del preservativo, como si fuera la única y principal solución, no conducen al objetivo que se desea. Y su uso imprudente se asocia más bien a un mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual. De hecho, los países africanos con mayores índices de sida son los que fomentan simplemente el uso del preservativo, sin adoptar los medios verdaderamente eficaces (p.e., Bostwana y Zimbabwe). Manifiesta Green que los preservativos tienen el efecto perverso de dar a los hombres un falso grado de seguridad y confianza; su efectividad real es aparente y desde luego mucho menor de lo que algunos creen por la propaganda oficial. Es una trágica mentira de consecuencias letales. Publicado por Zenit (1-X-2005).]

#219 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

por Zenit
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Los críticos continúan atacando el rechazo católico a aceptar el uso del preservativo al tratar el problema del Sida. Entre los últimos ataques está la revista médica The Lancet. «La Fe parece presentar obstáculos insuperables a la prevención de la enfermedad», afirmaba un editorial del 12 de marzo. «En ningún otro tema es este problema tan agudo como en el VIH/Sida».

El editorial se mostraba muy crítico con el Papa Juan Pablo II por su oposición al uso del preservativo, acusándole de ignorar la historia africana, la cultura y las realidades de la vida diaria en el continente.

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04 octubre 2005

HUMANOS Y CHIMPANCÉS: UN 1% DE VARIACIÓN EN EL GENOMA MARCA GRANDES DIFERENCIAS

[Un reciente estudio publicado en Nature muestra que el hombre y el chimpancé comparten casi el 99% del ADN. Esto sugiere que lo que nos hace humanos no se reduce a la aparición de nuevos genes; o dicho de otra manera que la complejidad del ser humano no parece que resida en nuevos genes. Por otra parte, es el ser humano el que estudia el genoma del chimpancé y no al revés, lo que indica una diferencia cognitiva enorme. En cualquier caso, con toda esta nueva información se podrá ahondar más en el conocimiento del Homo sapiens y progresar en la investigación científica; siempre quedarán fuera de esa experimentación la capacidad del ser humano de replegarse sobre sí mismo, su autoconciencia, las relaciones entre el yo y su cerebro, etc. De todo esto habla el Dr. Julio Coll en la entrevista de Aceprensa (nº 100/05, 7-IX-2005) que ahora publicamos.]

#218 Varios Categoria-Varios: Etica y Antropologia

entrevista a Julio Coll Morales, Dr. Ciencias Biológicas UCM y pHD Cell Biology MIT
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La secuenciación del genoma del chimpancé y su comparación con el del ser humano ha revelado que ambas especies comparten casi el 99% del ADN. Este estudio, realizado por un consorcio internacional de científicos, algunos de ellos españoles, sugiere que lo que nos hace humanos no se reduce a la aparición de nuevos genes. Preguntamos a Julio Coll, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del INIA, sobre las conclusiones de este estudio, publicado en "Nature".

— La comparación del genoma humano y el del chimpancé revela que la diferencia entre ambas secuencias del ADN es de poco más del 1% y que el número de genes es casi el mismo. Sin embargo, son evidentes las diferencias morfológicas, fisiológicas y cognitivas. ¿Un cambio de "solo" un 1% puede dar lugar a tantas diferencias?

En principio puede pensarse que sí. Como algunos genes controlan la expresión de otros genes, un cambio o mutación en un gen puede afectar a la expresión de muchos otros genes que no han cambiado y por lo tanto tener resultados muy profundos. Aún así, es sorprendente, y así lo reconocen los autores del estudio, que sean tan pocos los cambios para explicar todas las diferencias entre humanos y chimpancés.


(ver la entrevista completa)

03 octubre 2005

SABER Y PENSAR

[Publicamos un texto del profesor González-Simancas que trata sobre el arte de enseñar a pensar, que no otra cosa es la verdadera educación intelectual. Así dice: "se tiende a separar el saber del pensar en la práctica de la enseñanza en el aula, desconectando indebidamente lo que son dos aspectos importantes de todo aprendizaje." Y más adelante: "saber supone conocer acabadamente los contenidos de un tema, de un área o de varias, de modo que formen un todo en el que todo se relaciona y comunica. Pero para lograrlo es necesario pensar: pensar a fondo en lo que se está conociendo con esfuerzo." No sólo es necesario para los estudiantes. Como decía Jean Guitton con motivo de la publicación del "Nuevo arte de pensar": "...(el libro) se dirige a todos: a los estudiantes, por supuesto; pero también a todos aquellos que están enterrados en la existencia y que han renunciado al gozo del pensamiento."
Este texto, en su brevedad, encierra mucha sabiduría.]

#217 Educare Categoria-Educacion

por José Luis González-Simancas
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# Saber, pensar. ¿Saber o pensar? ¿O más bien ambas cosas: saber y pensar? ¿Y en ese orden: primero saber y después pensar? ¿O primero pensar y luego saber? No se alarme el lector. A mí no me van ni los trabalenguas ni los alardes de pedantería que proliferan hoy día en esa abundante colección de términos, palabras y palabros que se están usando, quizá tan sólo para mostrar que uno conoce el vocabulario «científico» de la reforma, sin pararse a pensar en lo que significa. La verdadera «ciencia» y el «sentido común», la sensatez, forman un binomio inseparable: deben ir siempre unidos.

(ver el texto completo)